Cada vez escuchamos más acerca de las proteínas vegetales y de cómo sustituir la proteína procedente de los animales (sobre todo, las carnes rojas) por la vegetal. No se trata de eliminar toda la proteína animal si no se quiere (los vegetarianos sí que las eliminamos y las sustituimos por las vegetales), pero, si no eres, ni consideras ser vegetariana, sí que es interesante no abusar de las animales y alternar o complementar con las vegetales.

Las proteínas desarrollan muchas funciones en nuestro organismo: forman parte de los tejidos y los órganos, son enzimas, transportan oxígeno, determinan la forma y estructura de las células, …

Son moléculas formadas por cadenas de aminoácidos. Cuando ingerimos una proteína, el cuerpo lo que hace es descomponerla y reestructurarla en nuevas proteínas según las necesidades de nuestro organismo.

La aportación de proteínas en nuestra dieta debe ser constante ya que una carencia de ellas nos puede ocasionar una disminución de nuestra masa muscular, un bajo rendimiento físico e intelectual, fatiga, un metabolismo lento, … entre otras cosas.

Para conseguir esas proteínas no hace falta consumir tanta carne. También podemos consumir huevos, pescado, crustáceos o marisco. O recurrir a las proteínas vegetales. Lo que sucede es que muchas veces no sabemos dar con esas fuentes de proteínas alternativas.

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Los alimentos de origen vegetal contienen sustancias que protegen nuestro organismo y que están relacionadas con una buena calidad de vida como son la fibra, los antioxidantes y los fitoquímicos. Además, debemos sumar el hecho de que no tienen colesterol y su contenido en grasas saturadas es, por lo general, muy bajo.

• Las proteínas vegetales solemos encontrarlas en alimentos alcalinos, esto es que aportan menos acidez a nuestra sangre ya que van acompañadas de más minerales.
• Nos aportan fibra lo que nos ayuda a nuestro tránsito intestinal y a disminuir el colesterol.
• Son alimentos completos y bajos en grasas.
• Son fáciles de digerir.
• En los intestinos se fermentan y no se pudren como las de la carne.
• Sobrecargan menos el hígado y el riñón.
• Son más baratas para nuestro bolsillo y son más sostenibles a nivel medioambiental.

Algo que sí debemos saber es que para estar equilibrados nutricionalmente debemos hacer una buena combinación entre las proteínas vegetales. ¿El motivo? Necesitamos aportar a nuestro organismo todos los aminoácidos esenciales que este necesita para funcionar correctamente. Las proteínas vegetales presentan un equilibrio menor en aminoácidos que las proteínas animales.

Ideas para combinar las diferentes proteínas vegetales:

No es necesario que en una sola comida intentemos ingerir los diferentes alimentos que contienen proteínas vegetales. El cuerpo mantiene una reserva de aminoácidos que provienen de todos estos alimentos, de manera que cuando consumimos un alimento que nos aporta un valor incompleto de proteína, sus aminoácidos se unen a aquellos que ya están guardaditos en la reserva.

¡Espero que os haya resultado interesante!